Lucía.
Nuestra tutora entró sonriente a clase. Era raro verla tan contenta, cómo siempre tenía una cara de cansada. Hoy por lo visto todo el mundo estaba contento, pero yo no. Hoy estaba cansada, no tenía ganas de nada, y eso es raro...
-Buenas a todos... -sonrió la profesora haciendo que todos nos callásemos- ¿os a gustado la acampada? -preguntó.
-Sí -dijimos todos al unísono.
-Tengo una mala noticia, lo siento -dijo la profesora frotándose las manos mientras se sentaba en el mesa- esto no estaba previsto pero ocurrió así... el baile de primavera se celebrará
en cuatro semanas contando con esta.
-¿Porqué? -preguntó mi hermana.
-Tenemos unos problemas con los preparativos -contestó tragando saliva- también deciros a las que os habéis apuntado a ayudar con las preparaciones que en la cuarta semana ¿alguna pregunta?
-No -dijeron todos menos yo que miraba la mesa pensando en cosas sin sentido, noté cómo alguien me daba con los dedos en la espalda haciendo que me girase.
-Toma, de Harry -me dio la chica de atrás, Yuleima una nota, la cogí y me giré, la tumbé en la mesa y la abrí.
Decía: ¿Te parece bien si quedamos esta tarde para hacer los deberes en mi casa? -sonreí, me giré, lo miré y sonreí, esa sonrisa significaba que aceptaba, este me sonrió.
Me giré hacia adelante por si acaso que nuestra tutora nos llamase la atención. Jugueteaba con el papel con los dedos de las manos mientras miraba a la profesora que hablaba con los de la clase.
-Paola, entonces pasarás los videos a DVD para verlos todos ¿no? -le preguntó la seño.
-Sí, los pasaré pero me llevará un tiempo cómo dos semanas más o menos en la tercera semana ya los traeré -sonrió Paola.
Lorena.
Las tres horas pasaron rápidamente. Ya era la última hora por fin, esperaba con ansias que sonara la sirena para irme a casa... aunque tendré que estudiar y hacer los deberes. Paola me tranquilizaba porque me estaba tocando el pelo haciendo que me relajase y dejara de pensar un poco. Gracias que la profesora no nos veía, primero porque estábamos en la penúltima fila y segundo porque tiene mal la vista.
Después de que sonara la sirena salimos de clase, dejando a la profesora hablando sola. Acompañé un momento a Paola a su taquilla y después ella me acompañó a la mía ya que mi taquilla estaba un poco más cerca de la entrada. Cuando íbamos a salir vimos que estaba lloviendo.
-Joder que mal, tendré que sacar la chaqueta -dije quitándome la maleta para abrirla y coger la chaqueta.
-Igual que yo... -susurró Paola haciendo lo mismo que yo.
-Oye, ¿y si llamo a mi madre para que nos venga a buscar? -me coloqué la chaqueta igual que Paola.
-Prefiero irme yo caminando, paso de que tu madre me lleve a mi casa, no quiero dar pena -dijo haciendo que me sorprendiese.
-¿Pena? -dije- pena vas a dar mientras te veo caminando sola toda mojada por la lluvia, no seas tonta, ¿y si te quedas a comer? -me entusiasmé.
-Pero la ropa para des... -la interrumpí.
-Te la prestaré yo, seguro que usas mi misma talla -sonreí sacando el móvil de la maleta.
-Vale... -sonrió.
Desbloqueé el móvil, busqué en la agenda de contactos: Mamá. Y pulse llamar. Miraba por todos los lados, para ver a la gente. Paola y yo estábamos a un lado de la puerta de salida y entrada. Rápidamente oí la voz de mi madre al otro lado del teléfono. Le pregunté que si podía venir a buscarnos porque estaba lloviendo y si se podía quedar Paola a comer a casa, esta me dijo que si a las dos cosas. Colgué y guardé el móvil en el bolsillo de la chaqueta.
-¿Que te a dicho? -preguntó Paola con las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta vaquera.
-Que si a las dos cosas -contesté- ahora a esperar.
-¿Que hacéis aquí? -la voz de Cristina hiso que nos girásemos para verla.
-Esperando a mi madre, para poder ir a casa -sonreí.
-¿No tenéis paraguas? en invierno y más cuando esta terminando y va a empezar la primavera siempre llueve, por eso... la solución son los paraguas -dijo cómo un anunció, señalándolo sonriente, las tres estallamos a carcajadas.
Lucía.
Hablaba con Harry mientras guardaba las cosas en mi taquilla, lo miraba a veces a los ojos y sonreía. Veía a ese Harry que tanto me gustaba cuando empecé el instituto, en primero de la ESO. Estaba loquita por el, pero yo no sabía si el lo estaba por mi. Todavía sentía algo por él, pero... ¿pero que Lucia, pero que? ¿Qué sientes por él?
-Lucia, ¿vamos? -apareció mi hermana interrumpiéndome de mis pensamientos y de la conversación que tenía con Harry.
-Si, claro es que estábamos hablando -miré a Harry sonriente, cerré la taquilla.
-Es que tardas más mi niña...
-Sh... relajadita -dije y me giré hacia Harry- bueno, hasta después -sonreí y le di un beso en la mejilla.
-¡Lucía! -gritó mi hermana cabreada.
-¡Ya voy! -empecé a correr.
-
Saludé a Harry con dos besos y entré adentro de la casa. Estaba calentito, comparado con el frío que hacia afuera. Gracias que la lluvia paró cuando salí de mi casa. Me giré y suspiré, miraba a Harry este cerraba la puerta.
-¿Dónde hacemos los deberes? -pregunté manteniendo la maleta en el hombro derecho.
-Aquí -sonrió entrando al salón.
-Vale -dejé la maleta encima del sofá- ¿empezamos?
-Claro, voy a por los libros -dijo subiendo a la planta de arriba.
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