Paola.
Me tapaba con las manos los dos oídos para no oír cómo cantaban cómo unos locos. Me dolía demasiado la cabeza, cómo si tuviera una resaca, la verdad es que hace tiempo que no tenía una resaca...
Tenía la cabeza apoyada en el cristal, miraba el paisaje. Habían muchas casas, cómo un pueblo. Pensaba en cómo me recibiría mi padre, seguramente estaría en casa revisando las cuentas y los papeles del trabajo y que pasará de mi por completo, sin ningún abrazo ni nada.
-¿No se te a quitado? -me preguntó Lorena sentándose ya que había estado de pie en el sitio para cantar, me sacó de mis pensamientos.
-Con los chillidos que has estado dando... -respondí haciendo que riese, la mire- si, me duele bastante cuando llegue a mi casa estaré tranquila -sonreí falsamente.
-Por ahora no puedes -rió mirando a Louis que le estaba haciendo cosquillas a Lucía- ¿en que pensabas?
-Nada, en mi padre cómo me recibiría -respondí con un suspiro, quitando la cabeza de la cristalera.
-Seguro con un abrazo y besos -sonrió mirándome, yo me quedé seria sin sonreír- o ¿no?
-Seguro que no, mi padre se ocupa más del trabajo que de mí, cuando llegué a casa me lo encontraré en su pequeña oficina que tiene en casa sentado y leyendo papeles -tragué saliva.
-No digas eso, ¿y si no es así? ¿y si te recibe con los brazos abiertos para darte un gran abrazo? -dijo haciendo que yo me animase un poco, sabía que mi padre no era así ni mucho menos pero quiero pensar bien por una vez- ya estamos llegando a la ciudad -me sonrió.
Miré por la ventana, el Big-Ben se veía y por el puente pasábamos nosotros. Sonreí ya estábamos otra vez aquí en la ciudad.
-
El autobús paró en frente del instituto, todos nos bajamos y cogimos las maletas y los bolsos. Las profesoras dijeron que nos podíamos ir ya a nuestras casas. Me despedí de Lorena, Lucia, Niall, Cristina Brooks, Zayn, Louis, Liam y Harry con un gran abrazo y me fui a mi casa arrastrando las maletas.
Me paré delante de la puerta de mi casa respiré hondo y toqué el timbre esperando a que mi padre me abriese la puerta. La puerta se abrió de par en par y vi a mi padre con las gafas puestas, eso significaba: trabajo. Este se quitó las gafas y sonrió, era la primera vez que mi padre sonreía al verme.
-Hola, papa -dije todavía fuera de la casa.
-Buenas, hija -dijo sonriente- ¿pasas?
-Sí, claro -sonreí forzadamente y cogí una maleta y entré a casa, noté cómo mi padre cogía la otra maleta, entraba a la casa y cerró la puerta.
-¿Cómo te a ido la acampada? -preguntó mientras me perseguía para ir a mi habitación.
-Bien, la verdad es que bien -sonreí dejando la maleta encima de la cama, él hiso lo mismo que yo- lo tengo todo grabado, lo tengo que pasar a un CD.
-Me alegro de que lo hayas pasado bien -sonrió y me abrazó, me sorprendí mi padre nunca era así, yo lo abracé fuerte apoyando mi cabeza en su pecho, hacia tiempo que no abrazaba a mi padre- me tengo que ir a trabajar después nos vemos -dijo separándose de mi, mi padre ya había vuelto a su forma de ser.
-Ah, vale -me senté en la cama.
Lorena.
Dejé las maletas a un lado de mi habitación y bajé abajo dónde estaba mi madre y mi hermana. Me senté en el sofá, cogí a mi hermana y me la puse encima de las piernas, mi madre nos miraba sonriente mientras bebía un poco de café.
-Llevamos esperándote toda la mañana -dijo mi madre dejando el café en la mesa.
-¿Sí? -dije sonriente- os e echado de menos.
-Y nosotras a ti hija, esta se apuesto todos los días contando para que llegase el domingo -miré a mi hermana con los ojos abiertos.
-No me digas... -reí- te mereces unas cosquillas -empecé a hacerle cosquillitas en la barriga haciendo que esta riese.
-¿Quieres un café? -preguntó mi madre levantándose para ir a la cocina.
-Sí, lo necesito -respondí dejando de hacerle cosquillas a mi hermana- nos han estado levantando a las 7:30 de la mañana a sido infernal -me levanté del sofá y fui a la cocina, apoyé mi espalda en el poyo mientras miraba a mi madre cómo hacia el café.
-¿Habéis echo varias cosas? -preguntó.
-Sí, actividades cosas -respondí cruzando los brazos.
-Y.. ¿la fiesta?
-Genial, no había alcohol si eso es lo que quieres saber -dije haciendo que mi madre me mirase- hubo un DJ, al principio me aburría pero después me empecé a divertir la fiesta terminó a las 5:00 de la madrugada.
-¿A las 5:00 de la madrugada?
-Sí, mamá si -reí.
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