jueves, 11 de abril de 2013

Capítulo 45.

David.
Entré al vestuario de chicos. Abrí mi mochila, cogí la ropa limpia y me cambié. Cuando ya terminé de cambiarme me puse la mochila en mi hombro izquierdo y salí del vestuario. Antes de salir saqué los cascos y el móvil. Mientras caminaba con la cabeza bajada encendiendo el móvil y poniendome los cascos. Sin querer me choqué con alguien, levanté la mirada y vi que Lorena se iba a caer hacia atrás, la cogí por los brazos para ayudarla.
-¿Estás bien? -le pregunté preocupado. Lorena se miraba los codos por si acaso que se hubiera dado.
-Sí -contestó. Me miró y sonrió.
-Lo siento, es que estaba poniendome los ca...
-No, no pasa nada en serio -me interrumpió. Respiré hondo aliviado- no te preocupes -puso su mano derecha en mi hombro izquierdo sonriente.
-Creía que me ibas a echar una de las típicas broncas de: "¡Pero no miras a dónde vas chaval!" -dije haciendo que riese. Lorena era demasiado guapa.
-Yo no soy así. ¿Acaso tengo cara de ser una de esas? -dijo con una ceja levantada y poniendo sus brazos en jarras.
-Lorena, yo ya estoy cambiada -apareció detrás de nosotros Paola con la mochila ya colocada detrás de su espalda.
-Voy -dijo Lorena mirandola sonriente. Paola tras entró otra vez al vestuario de chicas con un gran suspiro- Ah, si... y gracias por darme la ropa en la acampada -tras decir esto se fué corriendo hacia los vestuarios.

Lorena.
Entré corriendo al vestuario. Paola se asomó dos veces por la puerta del vestuario con cara de: 'Cómo no vengas ya, me voy yo sola'. Asique no pude seguir hablando con David. Me cambié de ropa, lo único que me faltaban era los zapatos.
-Lorena, ¿a ti te gusta Niall? -la pregunta de Paola me dejó desconcertada. Ella es mi mejor amiga y todavía no sabía si decirle eso.
-Sí... -sonreí al recordar aquel beso- cuando lo conocí al principio pensaba que no tenía corazón. Pero estaba tan equivocada, e descubierto a un Niall que me encanta. Siempre me hace reír, pasarmelo estupensamente bien, me hace sentir única.
-Sólo te digo una cosa. Me parece perfecto que te guste Niall, es un chico con algo especial pero piensa en que puede jugar contigo...
-Chicas, ya os tenéis que ir tengo que cerrar el salón -apareció la profesora por la puerta del vestuario.
Asentimos con la cabeza. Nos levantamos cogimos cada una nuestras maletas y salimos de allí. Nos despedimos cómo siempre de la profesora y nos fuimos. Me quité la coleta y me dejé el pelo suelto, me lo hice hacia un lado. '¿Seguro que te quieres ir sola a casa?, a mi no me importa acompañarte en serio' me dijo Paola. Nos habíamos parado en la puerta del instituto antes de salir. 'Esta vez quiero ir sola' sonreí. 'Bueno, vale. ¿Me llamas después?' preguntó. 'Sí' le di un gran abrazo y empezé a caminar. '¡Adiós!' nos dijimos las dos antes de seguir caminando.
Por el camino arrastraba una pequeña piedra con el pie, dandole patadas mientras caminaba. Mi cabeza pensaba en lo que me había dicho Paola. ¿Estará jugando conmigo? no creo... si estubiera jugando conmigo estaría por ahí tirandole a cualquier chica los tejos ¿no?

-¿Vives por aquí? -una voz hiso que me voltease. Era David, sonreí asustada.
-Sí ¿y tú? -pregunté- es la primera vez que veo que vienes por aquí, por este camino digo.
-Vivo por aquí -sonrió poniendose a mi lado. Empezamos a caminar los dos juntos- ya, es que me di cuenta que por este camino es un poco más cerca.
-Me asustastes ¿Sabes? estaba metida en mis pensamientos -dije soltando una pequeña carcajada.
-No era mi intención -rió.

Niall.
Me despedí de los chicos y salí de la casa de Louis. Mi hermano me llamó diciendome que vaya ya a casa urgentemente haciendo que me apresurara más. Salí corriendo y subí la calle, por dónde vive Lorena. Caundo ya iba a pasar por ahí, me paré sin hacer ruido. Lorena estaba con aquel chico el que estaba delante de la puerta de la cabina aquella vez que fuimos de acampada que le di un pequeño golpe con el codo. Me escondí en la esquina y observé. Se dieron un abrazo y siguieron cómo un medio minuto hablando hasta que se despidieron, Lorena entró a la casa y cerró la puerta. El otro pasó por mi lado sin darse cuenta. ¿Lorena había quedado con él? Mi cabeza me decía: "Creía que no era así".
Lucía.
Mi hermana y yo pasamos la tarde con nuestra familia. Nos vinieron a visitar nuestros abuelos paternos, siempre nos traían unos panesillos de su pueblo, eran riquisímos y más cuando estaban calentitos. Todos nos sentamos menos mi madre y mi hermana que están haciendo el café. Me senté junto a mi abuela, que me dijo que le enseñara las fotos que hise en la excursión de la acampada. Le enseñé una que salimos Cristina, Lorena, Paola y yo sentadas juntas en un tronco delante de la fogata.

-Ha esta chica la conozco yo -señaló mi abuela a Lorena dejandome extrañada.
-¿La conoces? -pregunté.
-Aquí está el café -dijo mi hermana poniendo la gran bandeja con seis tazas de café encima de la mesa.
-Cris, abuela dice que conoce a Lorena -le dije. Mi hermana se sentó al lado izquierdo de abuela.
-¿De que la conoces? -preguntó Cristina.
-Bueno, esta chica vivía antes en dónde vivimos abuelo y yo -contó- ¿a que sí Marcos? -le preguntó abuela a abuelo enseñandole la foto.
-Sí, sí. Esta es la niña que se mudó con su hermana pequeña y su madre. ¿Es vuestra amiga? -nos preguntó abuelo devolviendole la foto a abuela. Nosotras asentimos con la cabeza.
-Creo que se mudaron para tener una nueva vida lejos de allí -yo y mi hermana nos miramos sorprendidas- su padre las abandonó cuando ella -señaló a Lorena- era muy pequeña y su madre estaba embarazada de la hermana. Su madre Elisa tuvo una depresión, hasta que conoció a un hombre muy extraño, estubieron juntos dos años por lo menos pero después la maltrataba por los golpes que se oían desde la calle y las dos niñas se quedaban afuera pidiendo auxilio.
-¿Tú no hicistes nada abuela? -pregunté con un nudo en la garganta.
-Llamé varias veces a la policia pero me decían que no podían ir ahora mismo -suspiró con tristeza- un día le pregunté porqué no se iba de aquí y lo abandonara pero ella me decía que lo quería, hasta que un día le cambió el chip. Cortaron los dos, pero a los días siguiente él se ponía delante de la casa a tirarle piedras, todos los vecinos cuchicheaban y se apartaban al verlo. Gracias que se mudó aquí a Londres, me alegro por ella.
No me lo podía creer, ni se me pasaba por la cabeza que a Lorena le había pasado eso.

Paola.
Llegué a casa, cerré la puerta a mis espaldas y subí a mi cuarto. Mi padre estaría seguramente en el comedor revisando cosas del trabajo. Entré a mi cuarto, cerré la puerta a mis espaldas y dejé la maleta en el suelo. Me dirige hacia mi ordenador, me senté en la silla y moví el ratón para que se encendiera. El ordenador estaba en ausente asique bastaba con mover el ratón para que la pantalla se encienda. Miré haber si ya se había pasado el video al CD, solo faltaban 10 minutos. Siempre por las mañanas me despierto unos diez minutos antes para poner el video a pasarlo a un CD. Solo quedaban 10 discos más...

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